Las alcaldías de Xochimilco y Tláhuac se unieron apenas empezada la semana ante el asesinato de una niña de 7 años, tras ser reportada desaparecida el pasado 11 de febrero. Se llamaba Fátima y se la llevó una mujer, según videos de la Fiscalía de la Ciudad de México. Lanzaron la Alerta Amber, se activaron los protocolos de búsqueda y se revisaron las cámaras del C5.
Fue hasta el sábado 15 de febrero que personal Preventivo de la Secretaría de Seguridad Ciudadana halló su cuerpo, por lo que se inició la carpeta de investigación y se activó el protocolo de feminicidio.
Uno más, una semana más de saber que las mujeres no están seguras en la capital del país, tengan la edad que tengan. “Ni una más”, “Fátima, Fátima”, “Justicia”, “Mujer, escucha, esta es tu lucha”, “Señor, señora, no sea indiferente, se mata a las niñas en la cara de la gente”, fueron los reclamos de los vecinos de Fátima en Tulyehualco, que son los mismos en el Pedregal, el Ajusco, las Lomas de Chapultepec o la Doctores.
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Las mujeres, desgraciadamente, aprendieron a vivir con miedo. Pero el gobierno de la Ciudad de México tiene una falta de empatía transmitida desde el ejecutivo, que tuvo el desatino de decir que los feminicidios son culpa “del neoliberalismo”, secundado por Martí Batres en Twitter.
Pero, ¿qué hace el gobierno además de culpar a la época priista y la violencia del sexenio panista de Calderón? Exacto, nada. Condenar enérgicamente los hechos, como al final del día hizo Batres, no va a detener a los violadores y feminicidas. Yo quemaría la ciudad hasta que no nos faltara ni una sola mujer.
No solo fue una tendencia en Twitter que queramos #JusticiaParaFátima, es obligación de los gobiernos atender la violencia de género a cualquier costo. Las mexicanas exigen la implementación de políticas públicas que sean eficaces en materia de prevención, definidas y acompañadas de un esquema de monitoreo y evaluación para poder medir su eficacia para la toma asertiva de decisiones.
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Normalizar el grado de violencia en el que vivimos no está bien, pero Andrés Manuel López Obrador quizá tenga sus prioridades (que no cortinas de humo) como la rifa del avión presidencial, por ejemplo.
El estudio «Panorama Estadístico de la Violencia contra Niñas, Niños y Adolescentes en México» de UNICEF, apuntó que entre 2010 y 2016 se registraron 9 mil 67 defunciones por homicidio de niños, niñas y adolescentes, en cuyos casos 76% de las víctimas fueron niños y hombres adolescentes y el 24% niñas y mujeres adolescentes.
Este mismo registro detalla que el grupo de edad más vulnerable es el de adolescentes entre 12 y 17 años, que representa 78 por ciento del total de las muertes, y entre 2010 y 2015 se identificaron 68 mil 211 lesiones intencionales contra niños, niñas y adolescentes derivados de actos de violencia.
¿Cuándo nos daremos cuenta que hacen falta medidas de protección dirigidas a la infancia? Actualmente no existe una política de prevención ni una política criminal que procure el bien superior de la niñez como un principio transversal para la actuación las autoridades. ¿Algún día las mujeres vivirán tranquilas? Creo que no en este sexenio, desgraciadamente.