FRENAAA, el Frente Nacional Anti AMLO, está puestísimo para repuntar la popularidad de quien enfrentan, Andrés Manuel López Obrador. Es simple: si hay un opositor en la política mexicana es el actual presidente. Aún desde su lugar, en el Ejecutivo, tiene ciertas ideas que confunden; el mandatario sabe hacer política, pero no gobierna como quisiéramos.
Y tampoco es para decir que antes estábamos mejor, o tener el autoestima de Vicente Fox diciendo que el Partido Acción Nacional (PAN) ha sido “con mucho el mejor conductor del país». Se equivoca, o ¿por qué los ciudadanos decidieron que regresara el PRI en 2012? ¿Por qué Ricardo Anaya no significó nada dentro de las opciones para la presidencia en 2018?
Tanto FRENAAA como el regreso de Anaya serán la constante de los señalamientos de López Obrador. Ricardo no pudo frente a un Andrés Manuel que siempre fue la “mejor opción” para 30 millones de mexicanos. El frente opositor claramente no es un partido, pero decir que levantarán su plantón cuando el presidente renuncie es ridículo.
Mejor, en vez de pedir la dimisión, pensemos que el presidente de México tiene cuatro años más para corregir el rumbo y los errores que en los primeros dos años no están saliendo como prometió. Sí, nos llegó la pandemia, la crisis económica, la del desempleo, pero hay que identificar las prioridades. Ya ven que se nos inundó la obra faraónica de Dos Bocas, pero cancelaron el Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México “porque era un lago”.
Hasta ahora, FRENAA solo le ha dado más atención a López Obrador, y eso es lo que le encanta al tabasqueño. Hay que replantear las aristas para hacer frente.
Sin embargo, el presidente de México ya está encumbrado a las elecciones de 2021. Ahora, las mujeres que exigen pare la violencia de género y las madres de los desaparecidos pasaron a un segundo plano, sino es que ya lo estaban. De los decesos por Covid-19 mejor ya ni le insisto. Ni de los niños que sufren el desabasto de medicamentos contra el cáncer.
En una democracia siempre es bienvenida la oposición, no se trata de un gobierno de partido de una sola figura pública. Pero una oposición bien articulada le hará mejor a la política de un país que se cansa de ver figuras recicladas y de las mismas ideas cada año.
¿Más sabe el diablo por viejo?
Porfirio Muñoz Ledo, el octogenario político, que ya dirigió al PRI y al PRD en el siglo pasado, quiere hacer historia presidiendo tres partidos, ahora con Morena. Y empezó duro y contra el canciller Marcelo Ebrard, de quien dijo “tiene una energía negativa para el partido”, por lo que lo puede invitar a salir del mismo.
Ebrard, según don Porfirio, “jugó muy bien ya sus cartas” en su visita a Washington, pero también está la negociación de las vacunas contra el Covid-19, e internamente resolviendo todo lo que el gabinete no puede. “Marcelo Ebrard, está ansioso, ganoso, desembocado para ser presidente de la república. En todos sus actos lo demuestra”, decía Muñoz Ledo para El País.
Que si Marcelo quiere ser presidente le entre por la candidatura independiente, o que, de plano, a sugerencia de don Porfirio, Ebrard “encabece la derecha mexicana. No es una oferta mala. Para que el país tenga una derecha abierta y que tenga una izquierda abierta.”
Sabe Porfirio Muñoz Ledo que el canciller Marcelo Ebrard tendrá todo el apoyo de Andrés Manuel López Obrador para 2024 y es por eso lo quieren lejos de la Cuarta Transformación. Pero por méritos propios, el actual canciller es mucha más pieza que toda la administración que encabeza Morena.