Siria ha estado encabezando las noticias internacionales últimamente, sin embargo, no todos saben qué es lo que está pasando exactamente, o por qué resulta de vital importancia entenderlo.
¿Cómo era Siria antes de Bashar Al Assad?
La dictadura de los Al Assad comenzó en 1971, cuatro años después, de la llamada Guerra de los Seis Días, en 1967. Dicho enfrentamiento bélico fue producto de la batalla eterna entre Israel con Palestina y sus aliados árabes: Siria, Jordania, Irak y Egipto, quienes perdían territorio a mano de los israelís.
El resultado de la guerra fue la victoria de Israel, la pérdida de más territorios para los árabes y el derrocamiento el gobierno sirio de Nureddin Al Atassi y la llegada de Hafez Al Assad (padre de Bashar Al Assad) al poder.
Con Hafez en el poder, el objetivo principal de su régimen fue recuperar estos territorios perdidos y detener el expansionismo israelí.
Durante su gobierno Hafez se escudó en el panarabismo, un movimiento político que propugna la unión de todos los países de lengua árabe y civilización musulmana, así como la incorruptibilidad, para legitimar su poder y mantener “unido” al país.
Por otra parte, gobernó con “mano de hierro”, no permitió la disidencia y masacró a sus oponentes. Quien lo contradecía terminaba muerto o en la cárcel: todo un régimen dictatorial.
La dictadura de Hafez terminó con su muerte en el 2000, pero su apellido quedó en el poder sirio.
Ante el fallecimiento de su primogénito Basil en 1994, el heredero al trono en Siria quedó en Bashar, su otro hijo.
¿Cómo inició el conflicto?
Con Bashar en el poder comenzaron las manifestaciones del pueblo sirio, a causa de las reformas políticas y democráticas que el presidente prometió y que nunca llegaron, además de la falta de libertad política, así como represión característica de los Al Assad.
A la par que los años avanzaban, las protestas se hicieron más contantes y con ellas el espíritu opresor de Bashar se hizo presente.
A tal grado que organizaciones no gubernamentales como Amnistía Internacional han documentado más de 30 tipos de tortura utilizados de forma sistemática por el régimen de Bashar.
Esto generó que para 2011, emergiera un grupo de rebeldes que buscaban derrocar al gobierno dictatorial de Al Assad.
¿Quién pelea contra quién?
Al principio la batalla era entre Fuerzas Armadas de Siria leales al presidente Bashar, contra grupos armados rebeldes de diversa índole.
Pero en 2012, el conflicto se convirtió en algo más.
Varios grupos rebeldes comenzaron a buscar el apoyo de los grupos yihadistas del llamado Estado Islámico (EI), lo que permitió su expansión en varias zonas de Siria.
El conflicto fue alcanzando magnitudes cada vez mayores debido al antecedente terrorista del EI, por lo que potencias internacionales comenzaron a involucrarse.
Actualmente son tres los diferentes grupos que están inmersos en el conflicto: los combatientes anti Bashar Al Assad, que son los rebeldes, los kurdos y los yihadistas; los seguidores del actual gobierno de Siria, es decir los soldados, los milicianos voluntarios, algunos miembros de Hezbolá (una organización islámica musulmana de origen libanés) y un grupo pequeño que no se han podido identificar; y civiles, la mayoría de la población siria: hombres, mujeres y niños de diferentes edades.
Sin embargo, el conflicto ya no es sólo una guerra entre “pro” y “anti” Bashar, sino que hay diferentes frentes de lucha: régimen contra rebeldes, régimen contra Estado Islámico, régimen contra kurdos, kurdos contra Estado Islámico, Estado Islámico contra rebeldes, etc.
Es por ello que en Siria se vive una “guerra dentro de una guerra”.
¿Quién controla qué?
Un mapa publicado por el diario español El Mundo a finales del 2016 nos muestra que el conflicto se distribuye de la siguiente forma:
El régimen de Bashar controla aproximadamente el 35% del territorio y sigue conservando las zonas estratégicas: Damasco, Homs y Hama (centro), así como el litoral y una parte de Alepo.
El Estado Isámico también controla el 35% de territorio con presencia en Deir Ezzor, en la mayor parte de Raqqa, y en un segmento de Alepo.
En tanto, los rebeldes mantienen una presencia en 12% de Siria, principalmente en Deraa y en Idlib.
Y los kurdos, quienes han optado por declarar una autonomía y que además se jactan de gestionar su propia revolución, controlan el 18% del país, donde se incluyen partes de Alepo y Raqqa.
¿Qué países apoyan a Bashar?
Rusia es uno de los aliados más fuertes, principalmente porque ve en Siria a un socio estratégico y si la supervivencia de Bashar en el gobierno se ve afectada, los intereses de Rusia podrían afectarse también.
Irán ha sido un histórico compañero del gobierno sirio durante la guerra, incluso ha proveído al régimen de Al Assad de apoyo militar y financiero.
¿Qué países están en contra de Bashar?
Estados Unidos ha sido el principal opositor del gobierno de Bashar y del Estado Islámico. Como es su costumbre, los estadounidenses entraron al conflicto apoyando a grupos rebeldes moderados, así como a los kurdos.
Por otro lado, Arabia Saudita, para contrarrestar la influencia de su principal rival en la región, Irán, ha enviado ayuda financiera y militar a los principales grupos rebeldes.
Y Turquía, liderada por el presidente Recep Tayyip Erdogan, ha apoyado a los grupos rebeldes, sin embargo, se encuentra también en conflicto con los kurdos en su propio territorio.
¿Qué ha provocado esta guerra?
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos, indicó que hasta marzo de 2017 la cifra de muertos había sido de 465 mil personas y según cifras de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), hasta marzo de 2017 unas 4.8 millones de personas han huido de Siria, la mayoría mujeres y niños.
Asimismo, el avance del conflicto ha permitido que el Estado Islámico se convierta en un grupo sumamente poderoso, incluso se ha reportado que durante el conflicto, más de 13 mil personas han sido capturadas por el grupo yihadista.
¿Por qué está durando tanto la guerra?
Principalmente se debe a la intervención de potencias regionales e internacionales, sobre todo Rusia y Estados Unidos, quienes han visto en Siria una nueva forma de renacer su conflicto histórico, el cual se había apagado con la consumación de la Guerra Fría.
Además, el apoyo político, financiero y militar que han brindado ha permitido que los enfrentamientos continúen y se prolonguen cada vez más.
¿Cuál es la postura de Donald Trump y Estados Unidos?
La participación de Estados Unidos en la Guerra de Siria tomó un giro diferente con Donald Trump. El pasado 6 de abril, y por primera vez en el conflicto, el presidente estadounidense ordenó un ataque militar contra las fuerzas de Bashar, afirmando que fue en respuesta al ataque del gobierno sirio con armas químicas.
Al respecto, Bashar afirmó que no hubo una orden para llevar a cabo ningún ataque, y agregó que su impresión era que Occidente, especialmente Estados Unidos, estaba “codo con codo” con los terroristas y que inventaron toda una historia para tener un pretexto para atacar.
Lo cierto es que Trump cuenta con un respaldo importante, y no sólo de los países anti Bashar, sino también de los mismos estadounidenses. Según una encuesta realizada por el centro de investigación Pew Research (PR), el 58% de los ciudadanos estadounidenses apoyan la decisión del presidente norteamericano de bombardear Siria, pero a pesar de esto, el 61% está convencido que el magnate no tiene un plan claro para acabar con el conflicto.
¿Qué dice Rusia?, ¿Hay intereses enfrentados?
En la pasada reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU, la diplomática estadounidense, Nikki Haley, afirmó que cada vez que Bashar ha cruzado la raya de la decencia humana, Rusia le ha respaldado, y que sólo había tres opciones para explicar el “fracaso” ruso en esa tarea: o Moscú permitió conscientemente que Siria mantuviese armas químicas, fue incompetente en su trabajo o el régimen de Bashar está «tomándoles por tontos”.
Rusia, encabezada por el presidente Vladimir Putin, por su parte, calificó el ataque de Donald Trump como una agresión a una nación soberana, además afirma que Estados Unidos ya tenía preparado el lanzamiento de los misiles contra Siria y que el ataque con armas químicas sólo fue un pretexto para poder perpetuarlo.
¿Qué podemos esperar ahora?
La Guerra en Siria es un problema que inició en 2011, y que poco a poco ha ido creciendo cada vez más. Sin duda es un conflicto que ha tenido terribles consecuencias y donde se ve muy difícil que se llegue a un fin o a un acuerdo, al menos no a corto plazo.
Bashar Al Assad se rehúsa a dejar el poder y de hecho se propone “reconquistar” toda Siria; los rebeldes, por su parte, han buscado por varios años derrocar el “Clan Al Assad” y no van a detenerse hasta ver su objetivo cumplido; los kurdos buscan que se les reconozca su autonomía: Kurdistán; y el Estado Islámico quiere preservar el poder que tiene e incluso incrementarlo.
“Empezamos una revolución para cambiar un régimen en Siria, pero nos dimos cuenta que para cambiar el de Siria hay que cambiar primero el régimen mundial. Algo que no podemos hacer solos”, afirmó el activista y periodista sirio, Khaled Elekhetyar durante una entrevista publicada por el periódico El País en el 2016.
No se sabe cuál será el futuro de esta Guerra, todo dependerá de cómo responda el gobierno sirio y las potencias involucradas, principalmente las lideradas por Donald Trump y Vladimir Putin.