La boyante economía de la India y sus retos sociales

18 enero, 2018

En el entorno actual en el que las tasas de crecimiento en los países se han moderado, y el Producto Interno Bruto del Mundo se ubica en 3%, según estimaciones del Banco Mundial, por esto, resalta que un país en específico, como es la India, mantenga tasas de expansión económica de más del 6%.

Al tercer trimestre de 2017, esta economía se había expandido 6.3%, frente al 5.7% del segundo trimestre, de acuerdo cifras oficiales del país del Sur de Asia.

El impulso de esta economía está cimentado en su potencial tecnológico y precios energéticos bajos, con miras a convertirse en la quinta economía del mundo (en términos de dólares), según una proyección publicada en diciembre de 2017 y enero de este año por el Centre for Economics and Business Research (CEBR) con sede en Londres, Inglaterra.

Foto: Livemint

En el tema tecnológico es considerado el primer exportador en software y servicios informáticos, siendo el tercer país a nivel mundial en mano de obra enfocada en tecnología.

En el ámbito energético, esta economía se ha beneficiado del descenso que sufrió el precio del crudo a nivel internacional, que, desde 2015 cayó en más del 50%, al pasar de más de 100 dólares hasta menos de 40 dólares, teniendo en cuenta que es una gran consumidor de crudo con 212.7 millones de toneladas al año, detrás de China con 578.7 millones de toneladas y Estados Unidos, encabezando el listado con 863.1 millones de toneladas al año, según el más reciente informe de rubro energético publicado en 2017 por el gigante de esta industria, BP.

Filas para cambio de billetes, tras retirada del papel con denominación de 500 rupias. Foto: Reuters.

Pese a esto, cabe señalar que en 2017 sufrió una desaceleración económica frente al 2016, luego de que se aprobaran la sacada del mercado los billetes de más alta denominación (500 rupias) en este Estado, provocando un shock y parada en sectores clave como la industria.

Reformas: clave de un crecimiento constante

La implementación de las reformas estructurales ha sido un factor detrás del impulso a este gigante con una población actual de mil 300 millones de personas.

 Se emprendieron en la década de los noventas con la orientación del Fondo Monetario Internacional (FMI) al frente del Primer Ministro, Narasimha Rao, y Ministro de Finanzas Manmohan Singh; y se retomaron en los últimos años para estimular y sostener su crecimiento.

Durante 1991, año en que la India sufrió una de sus peores crisis económicas.  En un entorno de disminución de ayuda económica por parte de la potencia en declive, Unión Soviética; una fuerte devaluación de su moneda, la rupia, frente a otra divisas, lo que llevó a utilizar sus reservas internacionales y dejarlas en los niveles más bajos; la repatriación de indios y con ello el cese de remesas en medio del contexto de la Guerra de Golfo disputada en medio Oriente (1990-1991); el aumento del precio del petróleo en la coyuntura de la anterior tensión internacional, este Estado solicitó ayuda financiera al FMI.

Reducción de gasto gubernamental y burocracia en India, como medida estructural

El préstamo financiero que otorgó este organismo internacional vino de la mano con una serie de cambios estructurales. Entre ellos, la reducción del déficit fiscal – cuando los gastos presupuestarios de un país son rebasados por lo ingresos que genera-; reducción de la burocracia, es decir los puestos de gobierno, privatización de órganos del sector público; reducción de aranceles; eliminación de subsidios; y apertura a la inversión extrajera directa.

Este camino fructificó y dio impulso a la economía india, más allá de sólo superar la crisis, como se planteó originalmente. Sobre este factor, se creó gran polémica entre los críticos al interior y al exterior de la India, ya que la implementación de esta ‘receta’ en países de América Latina y África, sumidos también en crisis financieras, no dio resultados. Lo ocurrido en India fue un desafío económico.

En años reciente, desde el 2014 se retornó al camino de las reformas, tras la llegada del Primer Ministro, Narendra Modi, considerado un reformista. Las cuales se enfocaron en un recorte a la burocracia, es decir, las plazas gubernamentales; una reducción del déficit fiscal generada por un aumento en las exportaciones y reducción en importaciones.

En 2016 se alcanzó una tasa de crecimiento de 7.1% en término del PIB anual; en 2017 se registró una desaceleración para colocare en estimado de 6.7%, según la proyección del FMI. Para 2018 se estima una prospectiva de crecimiento 7.4%, de acuerdo con el documento Perspectivas de a Economía Mundial del FMI, publicado en octubre del año pasado.

Retos sociales de un país creciente

Si bien las tasas de crecimiento económico son impresionantes, los académicos dicen que crecimiento no representa necesariamente desarrollo en todas las áreas, y muestra de ello con los índices de pobreza que enfrenta este país.

Foto de José Luis Sánchez, publicada en el Eldiario.es

Se estima que uno de cada dos indios vive por debajo del umbral de pobreza, 1.25 dólares al día. Y poco más del 20% de la población vive con 1.9 dólares a día.

Y en calidad de servicios básicos, la energía es una de las problemáticas más frecuentes. El Estado no puede sostener la demanda de una población numerosa, considerando que parte de este servicio es subsidiado, por ello la frecuencia de las interrupciones en el servicio.

En un ranking de calidad de servicios eléctricos realizado por la Agencia Internacional de Energía al 2015, India ocupó el sitio 88 de 138 países.

Aunado al proceso de industrialización que atraviesa el país, se incrementan los índices de contaminación afectando a la población sana y aquellas con dificultades respiratorias. Tan sólo en su capital, Nueva Delhi, los índices de contaminación superan 10 veces el límite recomendado, trayendo consigo la emisión de alertas medioambientales constantemente. En el índice de control de polución la cifra límite es de 50, mientras que Nueva Delhi presentó un índice de 450 en una de sus mayores emergencias de 2017.

Por lo que las altas tasas de crecimiento deben venir de la mano de inversión en el desarrollo de la población india, misma que se prevé seguirá creciendo para ser el país más numeroso en 2023, de acuerdo con estimaciones de Naciones Unidas.

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