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La niñez es responsabilidad de todos

20 abril, 2021

Durante los últimos días hemos pasado por todo tipo de emociones: enojo, impotencia, alegría, llanto, en ocasiones lágrimas de felicidad, otras veces de impotencia al vernos limitados para seguir ayudando a parar el dolor. 

Lo que le contaré en está ocasión, no puedo ahondar en detalles, por la privacidad de las investigaciones o por resguardar la identidad de mujeres y niñas que debemos evitar que sean lastimadas.

El viernes 21 de agosto de 2020, dos pequeñas siete y tres años estaban ingresando a dos hospitales, en dos entidades distintas. Yaz en Puebla y Tabi en el Estado de México. Ambas con pronóstico grave. 

Por una estuvimos peleando porque viera a su mamá detenida injustamente antes de morir, hasta la fecha seguimos muy cerca de la familia y de la madre de Yaz, quien sigue arbitrariamente presa.  

Yaz, como usted recuerda, perdió la batalla el 28 de diciembre de 2020. El dolor y la impotencia embargan hasta el día de hoy nuestros corazones. No pudimos hacer más por ella. 

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TABI Y SU ABUELA

Sin embargo, la historia de Tabi fue distinta y es cuando el corazón se rompe en esa paradoja de dolor y alegría. 

Tabi estuvo en coma durante varias semanas, iban prácticamente a la par médicamente, sin embargo, tuvo algo diferente a Yaz, que tal vez le ayudó a recuperar las ganas y fuerzas por vivir. 

A Tabi sí le permitieron que su abuelita estuviera cerca de ella, hablándole, cuidándola, como solo sabe hacerlo una abuela.

Tabi había sido lastimada presuntamente por una tía materna, fue llevada al Hospital de Temascalapa, Estado de México, debido a la gravedad que tenía fue trasladada a un Hospital de Toluca, capital de la entidad. 

En este caso no hubo necesidad de presionar mediáticamente a las autoridades, pues ya estaban atendiendo el caso, solo aportamos algunos  datos que investigamos para dar con el paradero de la tía, quien presuntamente había golpeado a la niña hasta ocasionarle un traumatismo severo.

El diagnóstico no era nada alentador, sin embargo, su abuelita se mantuvo firme, día y noche fuera y dentro del hospital. Por su parte, la tía ya se encuentra en proceso legal.

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Un par de meses después la niña fue dada de alta, debía ser alimentada por sonda, no hablaba, había quedado como una plantita, su abuelita aprendió a atenderla, acudimos a su casa a verla, la pequeña apenas si sonreía, pero su abuela le hablaba, le cantaba y jamás perdió la esperanza de recuperarla. 

Unas semanas después tuvo que ser albergada en el DIF Estatal, donde estuvo unos meses, en lo que su abuelita ahorraba y arreglaba la pequeña casa que renta para que Tabi estuviera mejor y se la regresaran lo más pronto posible. 

Y así fue. Desde hace unos meses Tabi está con su abuelita, ya sin sonda y respirando por ella misma. 

El pasado 14 de abril de  2021, antes de que nos enteráramos de lo que estaba sucediendo al pequeño de Metepec, la abuela de Tabi me hizo llegar un video de la menor dibujando, cantando, sonriendo y mandándome un audio diciendo «Te mando mucho, amor». 

En ese momento agradecí a la vida,  pensé: esta vida recuperada lo vale todo, todos los insultos, las noches en vela, las campañas en mi contra. Verla viva, amada por su abuela que a diario lucha porque la recuperación de la niña mejore. 

Un día les contaré quién es esta maravillosa mujer guerrera que ha luchado contra todo, hasta con la misma muerte, para salvar a su niña, como ella le dice. La alegría es inconmensurable en esta ocasión. 

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EL NIÑO DE METEPEC

Más tarde, ese mismo 14 de abril, me hicieron saber vía Facebook, sobre el supuesto maltrato que estaba padeciendo un pequeño a manos de su madre, en un cajero de Metepec, en el Estado de México. Me trasladé hasta al lugar que referían, pero ya no estaban. 

Contacte de inmediato a quién desde hace algunos años siempre me ayuda a dar legalidad y justicia a los casos que le solicito me apoye y que siempre me responde, se desvela a mi lado hasta que haya un escenario favorable: Dylcia Samantha García Espinoza de los Monteros, Fiscal Central de Género del Estado de México. 

Me envió el apoyo necesario para poder dar con la ubicación de la madre y el bebé que estaba siendo maltratado. Al llegar al banco, junto con elementos de la Policía de Investigación de la Fiscalía de Género (cabe aclarar que nadie del Municipio de Metepec, acudió al llamado, como dieron a conocer mediante comunicado al día siguiente), encontramos sangre en las inmediaciones.

Con ayuda de familiares de la mujer, logramos acercarnos a la vivienda donde se encontraban la madre y el bebé. 

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Si yo pudiera describir el lugar, hasta hoy no puedo con exactitud, un cuarto de dos por dos, el mal olor nos hizo retroceder en un primer momento, dos camas, cubetas con lo que parecían orines, excremento, trastes, cobijas muy sucias, un lugar nada ideal para un pequeño, me atrevo a decir que nadie merece vivir en esa perniciosa situación.

Finalmente convencimos a la madre de que debía permitir que el pequeño Juan de Dios fuera certificado por las autoridades. El día terminó ya entrada la mañana siguiente. 

La madre no fue detenida pues debe ser evaluada para descartar que sea una víctima también, el pequeño no tenía heridas o cicatrices, sin embargo, si presentaba un estado grave de desnutrición. 

El menor ya se encuentra a salvo, las autoridades continúan las investigaciones para determinar la situación legal del pequeño, que por cierto no tiene registro de nacimiento.

Además, Juan de Dios era hermano de dos niñas, una rescatada por su papá y abuela, y otra que trataron de rescatar pero que debido al nivel de infecciones y desnutrición, murió hace aproximadamente tres años.

Hoy la historia de Juan de Dios será otra, gracias a la persona valiente que denunció en redes sociales. La satisfacción por salvar vivo a un pequeño es permanente.  

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DOS NIÑAS MÁS

Hace ya cinco meses que acompañamos y protegemos a una joven mujer víctima de delitos graves y sus dos pequeñas hijas. 

Desde el momento en que vi a esas dos niñas, aprendí que la resiliencia en pequeñitas no mayores de cinco años la desarrollaron al estar en peligro de muerte inminente, aunque nadie se las haya enseñado.

De este caso no podemos ahondar mucho pues la vida de las tres está en riesgo. 

Estuvieron bajo mi resguardo durante todo este tiempo, apoyada por las instituciones para darles apoyo integral y que siempre se mantuvieran a salvo. 

El domingo nos dimos cuenta que no era suficiente con lo que estábamos haciendo para protegerlas, por lo que tuvimos que decidir alejarlas más del punto donde las resguardamos, para que las protejan aún más y un día podamos volver a verlas y abrazarlas.

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Sabemos que su vida será distinta y que en algún momento podrán salir sin miedo, mirar los patos que tanto disfrutaban, montar caballos, comer salchichas que adoran, saldrán a peinar mi cabello como la más pequeña disfrutaba hacerlo.

En este caso, la vida nos mostró que debemos sacrificar todo para que las vidas de mujeres y niñez sean salvadas. 

Estamos en el mes de la niñez, sí los feminicidios infantiles e infanticidios desgraciadamente continúan a diario. Ya hemos rebasado los 25 feminicidios infantiles, casi vamos a la par con los pequeños asesinados en México este 2021. 

Sin embargo, estas pequeñas historias de vida nos muestran que debemos seguir cuidando todos de nuestra niñez, que el mejor regalo que podemos darles es seguridad, amor, juegos, sonrisas, sean o no sean nuestros hijos, y que debemos hacerlo cada uno desde donde podemos hacerlo., no esperar a que sea viral o que venga alguien más a hacerlo.

Las pequeñas hijas de Charlotte (nombre ficticio) nos ratificaron que no deben ser tuyas para defenderlas contra todo, que no deben ser de tu familia para dejar todo por ellas, que la gratificación llega cuando nos veían acudir a ese pequeño lugar donde estaban y corrían a abrazarnos, a ayudarnos a bajar la poca despensa que les llevábamos, ver su caritas de felicidad cuando jugábamos con ellas a las atrapadas, o cuando nos mostraban donde habían enterrado a un pajarito que cayó de un nido e intentaron salvar y que con tristeza nos hicieron saber que no sobrevivió. 

Mis bebas, que por fortuna están vivas, nos han dado en vida las mejores lecciones de vida y así seguirán porque no permitiremos que sean #UnaMenos porque #NiUnaMás es y debe ser una realidad. 

Abril 2021

Eres madre, padre, hermana, hermano, hija, hijo. De una mujer víctima de feminicidio, desaparición, o intento de feminicidio búscame, ayúdame a visualizarlas y contar su historia. Voces de la Ausencia.

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