Nuevamente la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) volvió a ser noticia… pero negativa. Seguramente leyeron titulares de sitios de medios y la palabra “encapuchados” encabezaba todos los espacios. Otra vez los colegas periodistas se dejaron ir con la vandalización de la protesta y se nos olvidó ya el motivo de la movilización.
Recordemos: la violencia de género que se vive en las aulas no se ha atendido por el rector Enrique Graue, que va por su segundo mandato. Pero nos importan más las pintas y destrozos a Rectoría, mismos que se reparan en semanas justo para que esos “encapuchados” vuelvan a atacar. Un círculo vicioso que permite la Máxima Casa de Estudios.
Que quede claro: Agradezco a la UNAM la carrera que estudié, así como los aprendizajes y el amor al azul y oro. Pero eso no significa que justifique las omisiones de la Universidad, que sabe lo que pasa y quizá encubre agresores.
Vamos por partes: Para empezar, esos “encapuchados” no son estudiantes y seguramente no representan a la comunidad universitaria, pero tienen los recursos (grafiti y bombas molotov, desgraciadamente) para demostrar el hartazgo de la sociedad vulnerada por la violencia de género, entre ellos, alumnos y alumnas de todos los planteles.
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¿El colmo? Una preparatoria ofreció suspender cinco días a los maestros involucrados en casos de acoso sexual y que les devuelvan el plantel. ¿En serio así ya van a dejar de violentar a las alumnas? No. Lo peor, nos importan más los daños materiales que la vidas universitarias.
La respuesta de la UNAM no es nueva: “Condenamos enérgicamente” la violencia contra la torre de Rectoría y que lamentan los hechos. Ojalá así condenaran a los maestros señalados de acoso sexual, porque quizás Graue y compañía ya saben quiénes son, pero no les van a hacer nada. Ni a los “encapuchados”, que en una de esas son reclutados por el sindicato de la UNAM para vandalizar la protesta y su razón de ser.
El tiempo apremia y ya van 8 planteles en paro, y otros 12 que discutirán en asamblea si se suman. ¿Enrique Graue hará algo al respecto? La respuesta la sabemos.
Buenas noticias
La primera vinculación a proceso por la vía de la #LeyOlimpia ocurrió justamente en la Facultad de Ciencias, de la UNAM. Jorge Daniel “N” tomó fotografías a una compañera en los baños de mujeres y las difundió en internet, por lo que un juez de control lo vinculó a proceso y lo señaló como probable responsable del delito de acoso sexual. Ahora la Fiscalía General de Justicia capitalina (FGJ-CDMX) tendrá dos meses para cerrar la investigación complementaria.
¿Qué más hará falta para que la UNAM ya reconozca la violencia de género que vive su comunidad universitaria? UNAM, date cuenta, en serio.