Aunque se junten 100 mil personas para marchar, no será posible que Andrés Manuel López Obrador vaya a renunciar a su cargo de presidente de México.
Sentenció que se iría a La Chingada, en Palenque, en cuanto se organice la oposición, como un guiño para que FRENAAA se anime a hacer el ridículo, otra vez. Pero su dimisión no es posible y nuevamente el presidente juega con la inteligencia de todos los mexicanos.
Sí, el mandatario tabasqueño puede renunciar, está en la Constitución, en el artículo 86. Pero sí y solo sí, es causa grave. De proceder la renuncia debe ser presentada al Congreso y este analiza o juzga si se da la causa grave y acepta la renuncia.
Pero una protesta de 100 mil personas o una caída en la popularidad no son motivos legítimos para dimitir del cargo, además de que básicamente no es libre de renunciar después de haber jurado cumplir y hacer cumplir la ley.
López Obrador otra vez muestra su juego político, sabe mover la agenda nacional a sus intereses. ¿Es nota? Sí, porque la información es imprecisa, al aire, abusando de la ignorancia del tema que tiene la población.
Los reflectores otra vez están sobre López Obrador, dejando a un lado los pendientes a resolver, como el pésimo manejo de la pandemia por Covid-19 en nuestro país o el desabasto de medicamentos para niños con cáncer.
¿De verdad alguien cree que Andrés Manuel va a renunciar a un cargo que buscó por 18 años y que logró con amplitud? Eso es jugar con la inteligencia de los mexicanos, insisto.
En caso de que sucediera, si se va a los dos años cumplidos, el Congreso designará a alguien que termine el sexenio. Sí, que domina Morena en el poder legislativo. Y de esta manera, seguramente su modelo de la dichosa Cuarta Transformación seguiría.
Si pasara antes de esos dos años, se asigna un presidente provisional (hola Olga Sánchez Cordero, hola Marcelo Ebrard) y se convoca a nuevas elecciones.
Pero no caigamos en esas frivolidades, mejor exijamos que López Obrador componga los errores cometidos y se comprometa a atender las prioridades del país.
Masacres, desapariciones, militarización y olvido a policías, siguen en el México de AMLO
Vecinos en disputa
Este martes se vivió el primero de tres debates presidenciales en Estados Unidos entre Joe Biden y Donald Trump.
La confrontación inició en buen tono, pero inmediatamente Trump llevó el debate a una pelea callejera, como si estuviera tuiteando en vivo y en persona.
Es muy pronto para decir si uno de los dos ganó. Pero tampoco sabemos si los cuatro años que lleva Trump les hayan servido a los estadounidenses para darse cuenta de la decisión que deben tomar el próximo 3 de noviembre.
A esperar otros dos debates… ¿iguales?