Las casillas están por abrir y los sufragios por depositarse el próximo domingo en los estados de México, Coahuila, Nayarit y Veracruz. El titular del INE, Lorenzo Córdova puso en relieve que el país llega en un contexto económico complejo, socialmente convulso, políticamente muy crispado y en desafección con la democracia.
Ataques políticos y mediáticos, adhesiones de última hora y el objetivo de la ciudadanía de escoger “el menos peor” harán de estas elecciones un discreto parteaguas de la política mexicana con miras a 2018.
Si bien las votaciones de mayor peso son las del Estado de México, las demás gubernaturas en juego darían una lección de participación ciudadana y algunos cambios en las formas de construir (o remachar) la democracia del país.
Es la antesala de las elecciones presidenciales en 2018 y la ciudadanía tomará, desde estas votaciones, la decisión de jubilar a un viejo conocido y odiado: El Partido Revolucionario Institucional. Casi 90 años ha gobernado el Estado de México y los últimos candidatos para primer mandatario emergieron de esta entidad. El ejemplo más claro, Enrique Peña Nieto; pero para el próximo sexenio no ven claro quién sería el candidato de los tricolores –¿les agrada Aurelio Nuño? –.
Si el papel de Acción Nacional refleja buenos resultados en los comicios de este año seguramente se le verá fuerte para 2018 pero no lo haría solo. Hay voces que rumoran una alianza con el PRD y la postulación homologada –y por el empoderamiento de la mujer– de Margarita Zavala.
Una apuesta atrevida siempre y cuando la recién exonerada por la PGR, Josefina Vázquez Mota, no quede mal en el Estado de México, donde se posiciona, según las encuestas, ya en cuarto lugar, muy cercana al perredista Juan Zepeda.
De tal manera que, incluso como lo anunciaron los dirigentes de ambos partidos –Alejandra Barrales y Ricardo Anaya–un frente amplio opositor desbancaría al PRI de la presidencia y así repetir sus resultados del año 2000. Le vendría bien al partido amarillo, dado que ha perdido fuerza en los últimos meses con la declinación de elementos hacia Morena.
Por cierto, Óscar González Yañez ya se bajó del barco del PT por el gobierno mexiquense y apuesta por la maistra Delfina Gómez, quien también deberá responder por su partido y las necedades del presidente del partido –legítimo y único–, aunque se ha cuestionado su preparación para llevar las riendas de la entidad.
Así pues, y de acuerdo con encuestas de última hora, –marketing, al final solo son datos aleatorios– Juan Zepeda y sus propuestas pensando en los millennials del Estado de México le despeinan las canas al candidato del PRI, Alfredo del Mazo, quien solo es candidato por herencia y no por inteligencia. En una de esas le sucede como a Francisco Labastida o Roberto Madrazo, derrotas marcadas para el tricolor…
La gubernatura priista podría ser jubilada el 4 de junio, pero también el no tan lejano 1° de julio de 2018. Habrá que ver con sutileza los resultados en los cuatro estados donde los comicios seguirán soportando a la democracia como forma de gobierno.
¿Jubilarán al dinosaurio o a la democracia? ¿Quién caerá primero?