El nuevo Sistema de Judicial Penal atemoriza a México. Únicamente siete delitos serán considerados como graves y solo en estos los infractores serán encarcelados previo al proceso. También significa que pronto serán excarcelados cerca de cuatro mil reos en prisiones de todo el país; divergentes de mala fe que probablemente volverán a sus deberes ante la falta de oportunidades por parte del gobierno.
Crimen organizado, homicidio doloso, secuestro, trata de personas, violación, delitos violentos cometidos con armas y explosivos (del otro lado del charco le llaman “terrorismo”) e infracciones que atenten contra la seguridad de la nación, el desarrollo de la personalidad y la salud sí serán bajo orden de cárcel preventiva; lo cual es absolutamente –como versa cierto murmullo de Trump– aplaudible y de reconocer para el sistema judicial. Pero no nos olvidemos de los delitos exentos.
¿Debemos preocuparnos por los casi cuatro mil reos que saldrán libres? Mejor acompañemos la risa y diversión de Javier Duarte, ya que no sufriría prisión preventiva mientras se lleva su caso. Si bien defraudó al estado por más de 35 mil 421 millones de pesos entre 2010 y 2016 cuando huyó en octubre, puede sonreír como lo ha hecho cada día ya que para el nuevo Sistema de Justicia Penal no cuenta como delito grave.
Se explica más a fondo de esta forma: si una persona es acusada de algún fraude por una gran cantidad de dinero (caso de Duarte), un acoso sexual grave contra un menor de edad, suministro de algunas medicinas nocivas o inapropiadas (otro caso del sonriente Javier), alguna acción que afecte al medio ambiente como el tirar desechos a una vía pública o ecosistemas protegidos, acusaciones al maltrato animal, los imputados podrán llevar sus acusaciones en libertad.
Y ante todo esto el gobierno Federal se amparará justificando que es por la protección a los derechos humanos de los inculpados de dichos delitos. ¿O sea que el Estado velaba por los estudiantes de Ayotzinapa desapareciéndolos?
El exgobernador está convencido que no pisará la cárcel y mucho tiene que ver esta actualización establecida en la Gaceta Oficial.
¿Quieren imaginarse los planes de Javier Duarte? Sonrisa tras sonrisa adjudicará todo a nombre de su esposa –prófuga como cómplice aunque no como responsable directa– y él estará libre de pecado. O quizá devuelva todo el dinero que se robó y como ejemplo de “justicia” se limpiará hasta del mal amén.
Por supuesto que toda esta ironía debemos leerla con la sonrisa de Javier Duarte sabiéndonos protegidos por los amigos del Poder Judicial de la Federación.
Por cierto, si a Enrique Peña Nieto lo encuentran culpable de la posible muerte de los 43 estudiantes de Ayotzinapa y de todos los crímenes de Estado… lo podrían dejar libre ¡porque el cargo de homicidio culposo ya no cuenta como delito no grave!
No cabe duda que la justicia no solo es ciega, es insensible y tendenciosa.