El jurásico parece volver a México tras la decisión de López Obrador por nombrar como futuro director de la CFE a Manuel Bartlett. Al que le adjudican “la caída del sistema” en las elecciones del 1988 y quien tiene sangre tricolor en las venas.
Pero antes que el próximo titular de la comisión nos califique de “estúpidos” a quienes criticamos su designación, como lo refirió en entrevista reciente con el diario Reforma, pues al frente de cualquier institución la gente que los escogió tiene derecho a juzgar su trabajo.
Porque sí, quienes prefirieron un partido al votar también eligen quiénes se sentarán en las sillas más importantes de las dependencias, porque el candidato que ganó elige a los titulares. Es la “bendita democracia”.
Además, cuestionar su trayectoria que defendía la derecha del país y cambiarse de bando es base suficiente para calificar cómo desarrollará su cargo. Aún más que deberá encargarse en rescatar la empresa del Estado, y todavía mejor, confrontar al todavía vivo sindicato de Luz y Fuerza del Centro.
Su fuerte es quienes enfrentan la Reforma Energética, de la que desde 2012 tiene a Bartlett como uno de los grandes opositores de ésta y las demás legislaciones estructurales.
La decisión ya está tomada, y ante la desconfianza de la gente hacia las instituciones, Andrés Manuel pretende devolverle valor a las mismas. No sabremos los resultados hasta que empiece el nuevo gobierno, a partir del 1 de diciembre.
Tan no conocemos si fue bueno o no, que Tatiana Clouthier dijo que había mejores opciones que Bartlett para dirigir la CFE. Pero también dijo que lo único que sabía de la luz “era apagarla y prenderla”, y ni hablar de cambiar fusibles, porque afirmó en una entrevista para MVS que tampoco sabe de eso.
Pero cuando trabajas en un equipo de transición, –incluso desde la precampaña–, el deber es asesorar a la figura máxima para que barajee las opciones en todas las posiciones institucionales, lo que demostraría una preparación de los elementos.
En fin, tal parece que criticar tanto a Andrés Manuel López Obrador y sus decisiones, aún sin ser el presidente en curso, es como hablar mal de Dios y la Virgen de Guadalupe, ¡incluso esperando sus milagros políticos!
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Agradecimiento a la razón
Carlos Marín ha dejado la dirección general editorial de MILENIO Diario derivado de una reconversión digital del grupo y se convertirá en asesor de la presidencia ejecutiva encabezada por Francisco González Albuerne.
A Carlos Marín le agradezco a través de estas líneas las oportunidades y convivencia que tuvimos a partir de hace cinco años que ingresé al periódico y hasta mi salida en 2016. Le deseo el mejor de los éxitos y sabemos bien hacia dónde va el nuevo periodismo.