Eduardo Medina
No es la primera vez que nuestras instituciones han recurrido a la expresión artística como una forma de orientación juvenil; pero en la Ciudad de México, el Instituto para la Atención y Prevención de las Adicciones (IAPA) ha sentado un precedente muy positivo con tres eventos de hip hop que ha organizado de forma anual, desde 2015.
El objetivo del IAPA en estos tres eventos ha sido claro: orientar a los jóvenes en la prevención de la violencia. Edgar Angulo Rosas, director de Prevención y Promoción de IAPA, lo describe así, en entrevista para Froji: “las expresiones culturales no sólo son un derecho de la juventud, sino una forma de creación muy positiva; nosotros creemos que un joven que rapea, que mezcla en una tornamesa, es un joven que deja de agarrar un arma; en este sentido, nuestro objetivo como institución es acercar a nuestra juventud, hombres y mujeres, a la recreación, al arte, al estudio y a la reflexión”.
La Dirección General de #DesarrolloSocial, en coordinación con el @iapa_cdmx, te invita participar en el festival «HIP HOP CDMX 2017».
¡Hacemos vida comunitaria #EnElCorazónDeMéxico! pic.twitter.com/tVxmbe48Xz
— Bennelly Hernández (@BennellyHdzR) December 2, 2017
Esta tarea de IAPA tuvo verificativo el pasado sábado dos de diciembre, con la realización del Festival Hip Hop CDMX 2017, en la explanada del Monumento a la Revolución. En realidad, este festival fue la tercera edición de un evento que nació en 2015, con jóvenes de Iztapalapa. En aquel año el evento no tuvo un nombre concreto, fue un proyecto piloto; sin embargo, la demanda de los jóvenes fue tal, que para el año siguiente se realizó Hip Hop Transformación, para jóvenes raperos de toda la Ciudad de México.
El evento se realizó el 11 de diciembre de 2016, en el Centro Cultural México Contemporáneo. Participaron 156 jóvenes: 135 hombres y 21 mujeres. Hip Hop Transformación tuvo sólo una competencia de rap, en la cual resultaron ganadores 12 jóvenes, que formaron como resultado del evento, el crew Raperos por la Paz. El jurado lo formó DJ Diavlid, Jezzy P y Ese-O.
Ante la pregunta, ¿por qué el hip hop y no cualquier otra expresión artística?, Angulo Rosas dijo: “se ha dado en realidad por lo que los propios jóvenes nos han pedido. La política pública que se ha impulsado aquí, en este sentido, tiene a los jóvenes como protagonistas de la misma, y el hip hop es lo que ellos han elegido”.
Para este año, pues, el IAPA consiguió la explanada del Monumento a la Revolución como el receptáculo del Festival Hip Hop CDMX, que, a diferencia de su antecesor, contó con las categorías de Rap, Breakdance, y Grafiti. Además, participaron la Unidad Graffiti de la Secretaría de Seguridad Pública, la jurisdicción de Salud de la Ciudad y Clínica Condesa.
Asistieron unas 2500 personas a lo largo de las ocho horas que duró el evento, y se registraron 139 para sus competencias: 99 en rap, con 10 seleccionados; 32 en el graff, también con 10 seleccionados; y 8 en Breakdancing, con 5 seleccionados.
Pero la verdadera corona estuvo conformada por sus artistas: Montebel, Serko Fu, Danger, Big Metra; Dj Sónico y DJ Diavlid pusieron la fiesta; incluso se contó con la presencia de Mercy BAD, y Real Graffiti, marcas mexicanas que patrocinaron los regalos a los ganadores del certamen.
A ellos, sin embargo, los premió la titular de la dependencia organizadora: IAPA, la profesora María del Rosario Tapa Medina. Tras unas breves palabras, declaró ganadores a Gerardo Morales, en la categoría de rap; a Vlady García en la de breakdancing, y a Guillermo Fernando Rojas en la de graffiti.
La importancia de este evento radicó en varios elementos: por un lado, construyó una plataforma de diálogo entre los jóvenes y sus instituciones; los acercó a información preventiva, a servicios de salud, a través de una expresión artística, el hip hop; y lo hizo con un cartel de artistas de primera línea, que mantienen, fuera de las instituciones, otro diálogo igualmente importante con su público.
Por otro lado, el hip hop mexicano goza de su mejor momento; Serko Fuentes lo ilustra de esta manera: “hace una semana, se estrenó en salas comerciales de todo el país un documental que muestra partes del todo que conforma nuestro hip hop; G Locos, mi colectivo, está cumpliendo veinte años de carrera; el día de mañana se llevará a cabo la final internacional de La Batalla de los Gallos aquí en la Ciudad de México; y hoy estamos aquí… así que cómo ven: ¿ustedes creen que el hip hop mexicano ha crecido?”.
Y así fue el Festival Hip Hop CDMX 2017: al escenario salió primero Montebel, acompañada de Dos Letras Coleman, y de Vi Lohe. Ellos representan la parte nocturna de la Ciudad de México, y su generación más joven. Ella, a través de los discos de su abuelo, conoció el rap en Big Metra, y en Calle Trece. De acuerdo a sus palabras, en la secundaria se clavó con Cypress Hill, y gracias a un amigo, por accidente, casi, empezó a rapear.
Aunque lo presentó en 2016, en el Salón Bolívar, este año su disco Génesis entró a las plataformas de Apple y Spotify. Con 8 tracks, Génesis asemeja un viaje de 24 horas por la Ciudad de México, dentro de la conciencia de Montebel; en una fiera primera persona, a través de un fraseo preciso, dibuja los escenarios de la ciudad, nocturnos, siempre lúgubres; y encima de ellos, su propio juego emocional, sus dilemas existenciales, de ella, de Montebel, o de Celeste.
Y es que Montebel representa una clase de Curioso caso de Dr. Jekyll y Mr. Hyde: en ella habitan dos personas, la primera, una dulce muchacha de 19 años; y la segunda: una fiera de palabras, una máquina de puñetazos y patadas verbales. Lo que las separa, es lo mismo que separa al día de la noche. Poseedora de una técnica de respiración sin igual, su condición bipartita está ilustrada en Loca:
Estoy loca, pero loca de a de veras
Celeste quiere ser buena, pero Montebel no
Aunque si te mentes con alguna, te jodemos las dos.
Y en Nocturna:
Es subjetivo lo que se presenta:
el chico más malo resultará un puñetas,
la chica más dulce, un demonio cuando rapea.
Participó en la edición más reciente de Línea XVI, con una nutrida batalla contra Rabia Ribera, y el tiro ha sido celebrado unánimemente.
Aquellos que integran el circulo de Montebel han tenido un año igualmente activo: junto con Vi Lohe, Dos Letras y su productor Luzock, integran el colectivo Proyecto Marte, una casa de producción, que será la firma del próximo material de Dracksman, a revelarse en febrero de 2018; Dos Letras estrenó apenas su disco Hellboy, y Vi Lohe tiene anunciado ya también su material.
Serko Fuentes, por otro lado, es ya un veterano; esas dos décadas de la G y la L lo abalan. Recientemente a Serko lo vimos abriendo otro concierto icónico: la primera visita del legendario Grand Master Flash a la Ciudad de México. Entonces como ahora, tiró su sencillo Asador. Se desempeñó igualmente, como el host de la Final Internacional de La Batalla de los Gallos 2017, en la Ciudad de México.
Danger, por otro lado, tiró, al lado de Zoe Salazar, los tracks más gruesos de Sembrando Laureles, su más reciente álbum. De Tijuana, Danger es la parte más luminosa de nuestros batallones de hip hop. Sus rimas e improvisaciones revelan siempre algo: como el poeta, Danger desmecaniza la realidad y la resignifica. El asombro de su público durante el festival lo dejó muy claro: Danger es un iluminador, un multiplicador del pan de la palabra.
Y Big Metra, el de la vieja guardia, cerró el fiestón. Se aventó varias del A otro nivel, el álbum que conocí en la preparatoria por el entusiasmo de mis amigos. De esta forma el festival curó un cartel de cuidadosa anatomía, con representantes de la generación más joven y viva, y también de los maestros, de sus maestros, todavía poseedores del trono.
Asistentes, artistas, miembros de las instituciones esperan que el siguiente año se realice una nueva edición más grande, más significativa, mejor. Pero habrá muchos elementos a considerar, entre ellos el presupuesto, y una nueva administración en la Ciudad de México. Una cosa me aseguró Angulo Rosas: “estamos trabajando para que este evento vaya más allá de lo institucional, y genere su tradición”. Sigamos pues, con la tradición.
