México, un país en que 1% de su población posee riqueza y más de la mitad de la población vive en condiciones paupérrimas. Sin embargo, Enrique Peña Nieto en su Quinto Informe de Gobierno, a presentarse en unas horas, muestra el lado amable de su gobierno.
Justifica que la pobreza en México está en su mínimo histórico gracias a la Sedesol, comandada por Luis Enrique Miranda Nava. Quizá el presidente considere que las antenas de televisión por cable en casas de cartón y lámina es un gran avance en la calidad de vida.
Celebra Peña que el desarrollo social se debe a los 4.8 millones de mexicanos que se sumaron a los servicios de salud. Motivado por empleos y registrados en la Seguridad Social sumaron 3.2 millones, pero no contemplan una calidad efectiva para el trabajador. El IMSS reveló que en julio se crearon 38 mil empleos, un aumento de 73% respecto a julio de 2016, pero no resulta alentador.
La calidad de los empleos es respetable, pero no son temporales. Carecen ya de prestaciones y beneficios palpables para el trabajador, además de la preferencia de contratar por honorarios. La desocupación se disminuye por naturaleza a raíz de la requisición de servicios por temporada, de octubre a enero o de abril a julio.
Ese modelo trimestral de contratación lo llevan a cabo las empresas extranjeras enfocadas en el ámbito de las ventas, de ropa o almacén. De esta forma los reportes del Inegi muestran optimismo en la tasa de desempleo, pero ¿y los otros meses que perdieron su trabajo? Eso no lo reconoce Peña Nieto, quien tras su sexenio gozará de una pensión avalada por la constitución.
La mayoría de los jóvenes que trabajen actualmente no contarán con una retribución económica para subsistir en su vejez. Aunado a la paga tan desconsiderada por la juventud de la plantilla laboral, la calidad de vida es la suma de dichas fallas gubernamentales. Eso no es un óptimo desarrollo social como lo presume Peña Nieto.
La calidad de vida es la que rige la excelencia de sus gobiernos. El presidente pretende convencer una mejoría con aumentos que por naturaleza eran obligatorios cumplir por parte de la administración. Dice que se sumaron 1.3 millones de mexicanos a los programas de vivienda digna, pero ¿cuántos quedan fuera por criterios burocráticos? Siguen siendo más quienes “viven” en casas de lámina o sin piso, a la orilla de ríos o en faldas de cerros que pueden desgajarse.
Y continúa Peña Nieto justificando su popularidad al confirmar que 29 mil habitantes ya cuentan con agua, luz y drenaje en sus hogares. Dichas necesidades son obligación del Estado y en 5 años se ha avanzado muy poco.
El Coneval reveló que la pobreza en México en 2016, de 43.6%, fue menor a lo registrado en 2014, una cifra de 46.2%. El inicio del sexenio arrojó 45.5% de pobreza; si bien ya se redujo en cinco años, no mejoró la calidad de vida de los mexicanos.
Más de la mitad de la población vive en condiciones desfavorables, exactamente 53 millones 418 mil 151 mexicanos. Significa que 68 mil 249 habitantes consiguieron trabajo, un rango muy bajo, aunque de la mano con las oportunidades que el gobierno genera.
Aún falta mucho por hacer y en 12 meses Peña Nieto tiene el reto de levantar su popularidad para dejar el poder Ejecutivo con dignidad. De tal manera que tiene aspectos a favor como la creación del Nuevo Aeropuerto, ya que el turismo es una fuente de ingreso muy fuerte.
Al inicio de su gestión se recibían 23 millones de turistas. Con el proyecto “Viajemos todos por México” aumentó la cifra a 35 millones y una derrama generosa para el sector. Y aunque no se reconozca abiertamente esta rama genera uno de cada seis empleos y un ingreso de divisas mayor a 19 millones de dólares.
Si se suma la cálida promoción de los 111 Pueblos Mágicos, no hay mejor argumento para destacar la llegada de paseantes. Lo malo, la inseguridad que toca dichos paraísos terrenales del país; resultando en alertas preventivas para no visitar México.
Y esto repercute en la economía de México. La violencia cuesta 3.07 billones de pesos o 25 mil 130 pesos por persona al año, de acuerdo con el más reciente Índice de Paz México.
De tal manera que México no se posiciona en gran nivel como las naciones calificadas como potencias, pero tampoco cae a ritmos de Venezuela. Lo mejor del Quinto Informe de Gobierno: es el penúltimo de Enrique Peña Nieto; ya casi se va a gozar de su matrimonio y pensión vitalicia.