La noche del viernes 13 de abril, fuerzas estadounidenses, británicas y francesas realizaron un ataque con misiles destinados a reducir las instalaciones de armas químicas del régimen sirio de Bashar al-Ásad.
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El bombardeo provocó el malestar del gobierno de Siria y de su mayor aliado, Rusia, e incluso generó un llamado de emergencia en la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
¿Cómo se llegó a todo eso?
En febrero, las fuerzas leales al presidente Bashar al-Assad lanzaron un ataque contra la región de Ghouta oriental, lo que permitió que, para marzo, las tropas dividieran a la región en tres partes, donde la más grande estaba alrededor de la ciudad de Douma, hogar de entre 80 mil y 150 mil personas.
Enfrentados a la derrota, los grupos rebeldes se vieron obligados a abandonar las regiones, excepto la que se encontraba en Douma, donde el grupo Jaysh al-Islam, continuó resistiendo.
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El 6 de abril, después de que las negociaciones con el gobierno se estancaran, se reanudaron los ataques aéreos y fue, al día siguiente, cuando sucedió lo que provocó la decisión de los gobierno de Francia, Reino Unido y por supuesto Estados Unidos.
Se reportaron incidentes de bombas arrojadas por la Fuerza Aérea Siria, que se creía contenían sustancias químicas tóxicas. Activistas de la oposición siria, trabajadores de rescate y médicos afirmaron que más de 80 personas murieron a consecuencia de ello.
Como respuesta al presunto ataque químico, el presidente estadounidense, Donald Trump, dijo que debía establecerse un fuerte elemento de disuasión contra la producción, propagación y uso de armas químicas.
Aunado a ello, la primera ministra del Reino Unido, Theresa May, señaló que el régimen sirio había demostrado un «patrón de conducta persistente» cuando se trataba del uso de armas químicas, y que por eso «debía ser detenido».
Entonces, en alianza con Francia, estos dos países decidieron lanzar más de 100 misiles a la región.
Los misiles tenían como objetivo tres instalaciones separadas vinculadas al arsenal de armas químicas de Siria, incluidas una instalación de investigación en Damasco, y dos almacenes de armas químicas en Homs, que supuestamente eran utilizados para preparar el agente neurotóxico gas sarín.
¿Cuál ha sido la respuesta de la comunidad internacional?
La respuesta rusa, aliados de Siria, no se hizo esperar y casi inmediatamente convocó a una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, donde condenó la agresión contra Siria como parte de una violación del derecho internacional y a la Carta de la ONU. Sin embargo, la resolución no obtuvo los votos necesarios.
Varios países han demostrado su apoyo a la operación militar realizada, entre ellos Alemania y Arabia Saudita.
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La canciller alemana, Angela Merkel, señaló que todas las pruebas disponibles apuntaban a que el régimen de Al-Assad era responsable del ataque de Douma y además afirmó que la operación militar fue necesaria y apropiada para preservar la efectividad de la prohibición internacional del uso de armas químicas y para advertir al régimen sirio sobre nuevas violaciones.
Un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores de Arabia Saudita expresó que apoyaba totalmente los ataques lanzados contra Siria porque representaban una respuesta a los crímenes del régimen.
Por su parte, otros países se han mostrado en desacuerdo, entre ellos Irán y China.
El líder supremo iraní, el ayatolá Ali Khamenei, dijo que el ataque a Siria por parte de Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña fue un crimen, por lo que no logrará ninguna ganancia.
China expresó que estaba en contra del uso de la fuerza tras los ataques aéreos encabezados por Estados Unidos contra Siria y pidió un retorno al marco del derecho internacional.
¿Qué dice el gobierno sirio?
Siria ha negado repetidamente el uso de armas químicas, incluso ha acusado a los rebeldes de fabricar los informes donde afirman que sí lo ha hecho.
Aunado a ello, el representante permanente de Siria ante la ONU, Bashar al-Jaafari, acusó a las potencias occidentales de preparar el terreno para una agresión contra su país.
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Tanto Rusia como Siria han señalado que no hay pruebas de que hubo un ataque con armas químicas y que éste haya sido realizado por el gobierno de dicho país de medio oriente.
¿Qué podemos esperar?
Antonio Guterres, secretario general de la ONU, instó a los Estados a mostrar moderación en estas circunstancias peligrosas, así como evitar cualquier acto que pudiera intensificar las cosas y empeorar el sufrimiento del pueblo sirio, sin embargo, la situación en Siria ha alcanzado magnitudes mayores durante los últimos años, al grado que actualmente es difícil hablar sobre paz en la región, y más aún, predecir un fin cercano.
Las fuerzas del gobierno y los grupos rebeldes no pueden vencerse ni ponerse de acuerdo sobre el futuro, y aunado a ello, en varias ocasiones, Rusia y Estados Unidos han intervenido para que esto no suceda. Ambos países han dejado clara su posición, y por ello es posible deducir que los enfrentamientos van a continuar.
“Estados Unidos sigue «cargado y listo» para atacar a Siria nuevamente en respuesta a nuevos ataques químicos”, afirmó Nikki Haley, embajadora de Estados Unidos ante la ONU. Por su parte, Rusia, dijo que tales acciones no se dejarían sin consecuencias.