Daniel CallejasA finales de noviembre el amigo de la economía mexicana, Agustín Carstens, dejará vacante la presidencia del Banxico. Si cree que no le interesa esta institución, pensemos en que nuestro dinero se mantiene virtualmente en este banco.
Carstens, de 59 años, dirigirá el Banco de Pagos Internacionales en Suiza, encargado de la cooperación entre bancos centrales internacionales. Eso no es tan importante como su labor al frente del Banco de México, ya que justo hace un año, el banquero impidió la caída del peso.
Ante la llegada de Trump como presidente de Estados Unidos la moneda mexicana se devaluaba trágicamente. Se recuerda su nivel en casi los 22 pesos y un golpe a la inflación del país, reto mayúsculo ante su inminente salida este año.
Y no solo eso, las negociaciones del TLCAN llevan los consejos de Agustín. Si el tratado ha continuado equilibrado es por la sabiduría de este banquero. Carstens es la contraparte para los ataques del presidente estadunidense; con recursos como la subasta de dólares y las tasas de interés.
Quedará pendiente que se cumplan los objetivos de la inflación previstos por el Banxico de 3%+/- , afectada por el alza en combustibles. Carstens se mantiene en el puesto hasta el 30 de noviembre, no obstante Peña Nieto deberá nombrar a su sucesor días antes. Después, será ratificado por el Senado y presentado el 1 de diciembre.
También, para el último año de gobierno del presidente se esperan cambios debido al proceso electoral de 2018. No se sorprenda de ver a José Antonio Meade como presidente… del Banco de México y Aurelio Nuño como candidato a las mayores. Y en la Secretaría de Hacienda podríamos recordar viejos tiempos con nombres de otros sexenios, solo nos queda esperar.
Mientras tanto, que le vaya bien al amigo Agustín Carstens, pero que le vaya mejor a la economía mexicana.
