Hay libros que quisiera nunca haber conocido

6 septiembre, 2017
Es una historia de terror, pero qué vida de cualquier mexiquense no lo es si no deja de pensar en dónde terminarán sus días. Qué peligroso es cuando los libros dejan de ser ficción, cuando ya no sólo crean mundos sino presentan a estos desechos, putrefactos, con pocos signos vitales.
 
«Las muertas del Estado. Feminicidos durante la administración de Enrique Peña Nieto», obra de Humberto Padgett y Eduardo Loza, es una radiografía del dolor, es la prueba del más grande olvido que un príncipe ha demostrado hacia su pueblo. A través de sus páginas se desnuda al mangazo de la política mexicana, aquél personaje que se muestra sordo ante los gritos que ahogan.
 
Atrás quedó el regocijo que le ocasionaba escuchar a miles de féminas repetir su nombre, eufóricas, locas por él, situación que lo hacía sentir como todo un rockstar. Ahora, prefiere la calma; el bullicio lo ha cansado, las súplicas para no morir no son más que un espectáculo del que ya no quiere ser protagonista.
 
Pero basta, que aquí no se hablará del que gobierna. Silencio, porque él dice que no se debe ser tan crítico con el gobierno. Más de diez mil mujeres han sido asesinadas en México desde enero del 2012 a junio de 2016. Muchas vidas perdidas, mucha sangre derramada. Pero… ¡silencio, he dicho! Dejen que los hechos hablen por sí solos, dejen que las cosas grandes cuenten y que sigan contando.
 
Este es un libro que no debería ser leído porque incomoda, porque avergüenza. Porque al deslizar cada letra sobre los ojos, una lágrima quedará atrapada por el sufrimiento vivido. Es cierto, las letras derrumban pero también construyen porque hay dolores que exigen ser leídos para así cambiar el rumbo de lo que luce inminente. 
 
No se trata de dividir ni de pelear sobre a quién le arrebatan la vida con más frecuencia, si a una mujer o a un hombre.  Basta de pensar que lo único importante es ganar por ver quién muere primero. México es un país en descomposición paulatina pero que avanza sin piedad. No permitamos más indiferencia en esta nación de tinieblas.
 
Historias de pérdida, dolor y muerte. Pasajes que nadie ha visto sangrar pero que al leer vivirá en carne propia. Eso es “Las muertas del Estado”. Valiente ellos que dedicaron una fracción de su vida para narrar cómo es que se pierden pueblos enteros, cómo la tierra se traga a su hijos y los devuelve lastimados, divididos, irreconocibles. 
 
Lean este libro por las personas que ya no están, que terminaron sus días en un canal de aguas negras o en un barranco, en el frío archivero de un triste y corrupto ministerio público. Léanlo para estar alerta, para no ser uno más de los olvidados por el gobierno.

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Periodista con gusto por la antropología. Escribo hasta que las palabras se me agoten. Amante de la fotografía, los viajes y las letras. Busco contar historias que vayan más allá de un "érase una vez". He colaborado en sitios como Notimex, A21, Contacto en Medios y el GACM.

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