La gran favorita Selección de Francia ganó la final del Mundial de Rusia 2018 ante su similar de Croacia que se llevó el corazón de toda la afición futbolera.
Sin embargo, más allá del talento y la experiencia, el seleccionado galo contaba con un arma secreta que llevaría a cualquier equipo de futbol a ser campeón del mundo: la diversidad.
La historia de una nación siempre se define con el carácter de ésta a la hora de competir, sea la competencia que sea, y en este caso no fue la excepción.
La Selección de Francia, siendo anfitriona del Mundial de 1998, se llevó el titulo ganando ante el poderío de la siempre favorita Selección de Brasil.
Los galos le ganaron con un contundente 3-0 al scratch do ouro comandados por un hombre hijo de inmigrantes argelinos: Zinedine Zidane.
Aunque no siempre fue bien recibido en dicha nación, “El Mago” le dio a Le bleus su primer campeonato del mundo con dos cabezazos certeros que mando a guardar al fondo de la portería.
Así fue como Zidane cambio la historia del futbol galo y logró que la sociedad francesa comenzara con una inédita apertura migrante, tanto en el futbol como en toda Francia.
Jugadores como Zidane, Thuram, Leboeuf, Lama, Djorkaeff, Karembeu, Vieira, Henry, Trezegue formaron esa histórica generación de jugadores migrantes que lograron el campeonato mundial.
Aunque el racismo de los países europeos en contra de los ciudadanos de los países que alguna vez fueron colonia no ha desaparecido, el Mundial de Rusia 2018 dejó ver que las selecciones han abierto sus puertas a los migrantes y han hecho de sus selecciones equipos competitivos.
Tal es el caso de la actual Selección de Francia que, con 16 de sus 23 jugadores de origen no francés, se coronó en la competición futbolística más importante del mundo, demostrando que la apertura racial y étnica puede elevar los niveles de competitividad y ofrecer a los hinchas un mejor espectáculo.
Dos de ellos no nacieron en Francia: Samuel Utiti, nacido en Camerún; Steve Mandanda, nacido en Congo.
El resto, 14 de los seleccionados, son hijos de migrantes. Lucas Hernández es hijo de españoles, Nabil Fekir y Kylian Mbappé tienen padres argelinos, Adil Rami es hijo de marroquíes y Ngolo Kanté tiene padres provenientes de Malí.
Mientas que Thomas Lemar nació en Guadalupe, así como Raphael Varane, nacido en Martinica, ambos países son departamentos franceses de ultramar.
Corentin Tolisso sus padres son provenientes de Togo, Alphonse Areola tiene padres filipinos, Ousmane Dembélé es de madre senegalés y padre malí, así como Dijibril Sidibe y Benjamin Mendy con padres proveniente de Senegal.
Finalmente Paul Pogba con un padre proveniente de Guinea, Blaise Matuidi con padres de Angola, Presnel Kmpebe con padre del Congo y madre de Haití, así como Steven Nzonzi con padres provenientes del Congo.
Así, el gran ganador de esta final, más allá de Francia, es la migración, la aceptación de la diversidad racial y el tan olvidado continente africano.
Enhorabuena por el futbol, por la inclusión y la apertura de las selecciones a los migrantes, un gran ejemplo humano en tiempos difíciles para aquellos que dejan su casa en busca de una nueva oportunidad.