El triunfo de López Obrador el próximo 1 de julio es casi inminente si nos basamos en las encuestas y en un análisis llevado a cabo por Jesús Silva Herzog, Federico Reyes Heroles y Héctor Aguilar Camín.
Esta semana se encontraron en una reunión de Consejeros de Bancomer para prevernos de la posible llegada de Andrés Manuel a Los Pinos. Y con justa razón más allá de las encuestas que, por supuesto, no significan la intención de voto de la gente. A mí no me han encuestado y ese voto podría ser la diferencia, por ejemplo.
Coincido plenamente con ellos, la derrota solo vendría a manos de factores externos que no especularé. De sus rivales, Meade ya no despega y unos independientes sin fuerza dejan la contienda servida para Anaya y su coalición.
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Así pues, López Obrador emociona a sus seguidores con profecías de cambio hablando de los pecados de la mafia del poder. Una especie de “él contra las fuerzas del mal” que trae dormido al rebaño morenista.
Muy similar a las condiciones en que Donald Trump conquistó la Casa Blanca. Andrés cree en lo que dice y va a tratar de hacer lo que dice, porque crea una realidad política con su discurso, en la confrontación. Instruyó bajo estos conceptos a sus seguidores y pobres de los que no nos emocionamos si triunfa.
Es la figura de la hegemonía de la política del odio a las instituciones. Pretende cambiar un sistema presidencial a través de la persuasión de qué es lo correcto porque se le ocurrió a él.
Si en definitiva vuelve a perder la elección, significará el triunfo de la razón.
Susto que no da gusto
Llevamos más de quince días con lentitud en las transacciones electrónicas de nuestro dinero y todo por una falla de terceros que impide la rapidez de pagar la tarjeta, el carro o que nos depositen nuestro sueldo.
Debemos entender que, aunque no quieren usar esa palabra, el Banxico sufrió un hackeo que impidió transitar rápido en dichos terceros donde se ejecutan las órdenes de pago.
En morralla explicativa: Imagina que vas a depositar al banco un cheque hacia otra institución o persona, te dicen que en 24 horas está lista para disponerse y entonces llegaría a los fondos de quien lo necesitaba.
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Este hackeo se puede representar como una acumulación de muchos cheques que necesitan revisarse para realizar la operación. Por decirlo así, el gerente encargado desvió su trabajo a otro empleado menos rápido.
Esto no compromete el dinero ni del emisor, ni del receptor. Solo tardará más en llegar. El hackeo resultó en un robo a las entidades financieras, no directamente a nosotros que tenemos tarjetas de débito o cuenta de cheques.
Recuerden que la Condusef tiene puertas abiertas ante aclaraciones y cobros indebidos de bancos, enlace que ya permitió una tolerancia por parte de quienes tienen nuestro dinero.
Sin conocer las causas aún, significa un atentado a lo que rige nuestras vidas y permanece en electrónico (¿o irreal?) hasta que disponemos de él.