Laura FloresSiempre lo diré: nunca he conocido (y dudo conocer algún día) a alguien que amara tanto la Ciudad de México como lo hizo Armando Ramírez hasta su último suspiro. El escritor y cronista de la CDMX, originario del Barrio de Tepito, falleció el miércoles 10 de julio de 2019 a los 67 años.
Su obra dignificó a los barrios, esos que hoy nadie quiere ver porque son incómodos para una ciudad que busca pertenecer al primer mundo, o al menos parecerlo. En cada uno de sus trabajos, Armando dio voz a esos lugares donde hay de todo: pobreza, delincuencia, violencia, marginación, pero también esperanza, lucha, amistad, sentido de pertenencia y hasta amor.
Sobre los lugares físicos, cada uno de sus libros y sus trabajos audiovisuales eran como pequeñas clases de historia sobre el entonces Distrito Federal, en las que su forma de narrar te hacía sentir en cada uno de los rincones de los que hablaba, sin importar la época en la que se situara.
Déjame, la novela que construye sobre ruinas
En su última novela, Déjame, Armando Ramírez mezcla la crónica y la ficción. La primera la utiliza para hablarnos de la historia de la Ciudad de México (CDMX), desde Tenochtitlán hasta el presente; mientras que la ficción funciona para hablar de lo que siempre será tema en la literatura: la imposibilidad del amor.
Cuando Armando Ramírez presentó esta novela, dijo que muchos de los edificios del Centro Histórico se construyeron sobre las ruinas de Tenochtitlán, así como el amor se construye sobre las ruinas y cicatrices de relaciones pasadas.
Como ya sería su estilo desde Fantasmas, Armando Ramírez utiliza una especie de Alter Ego para ser protagonista de la historia sin serlo, porque ese papel le corresponde a la Ciudad de México.
La historia central en Déjame es el romance que surge entre Armando, originario de Tepito, y Lucía, mujer española que trabaja en la ciudad. Su relación es el hilo que conecta el historial amoroso de Armando, que se musicaliza a través de canciones de diferentes épocas y en espacios que trascienden.
Hoteles de la ciudad, Tepito, Garibaldi, Casa España, cafeterías, calles concurridas… lo más característico de la capital se fusiona con historias de amor diversas donde se puede ver que hay diferencias para romancear según la zona de la CDMX.
Déjame fue la última novela de Armando Ramírez, presentada en febrero de este año y en ella, la crítica al gobierno también se hace presente, sutil pero certera, como en sus otras novelas.
Y, a pesar de que ya no tendremos nuevas historias contadas por la persona que siempre recorrió las calles para dar vida a la ciudad, nunca faltará quien descubra uno de sus libros -ya sea por curiosidad o por obligación escolar- y atesore cada una de sus letras con tanto cariño o más del que yo le pude tener a su obra.
Gracias por tanto, Armando Ramírez. Descanse en paz, maestro.
