¿Cuántas veces usted ha recorrido el Centro Histórico de la ahora llamada Ciudad de México (ce dé eme equis para abreviar)? Si vive en el corazón del país, seguramente más de una. Pero… ¿se ha detenido en cada edificio a pensar en toda la historia que hay detrás de cada puerta, ventana y muro?
El escritor y cronista de la CDMX, Armando Ramírez, expone en Fantasmas un “recorrido novelesco por las calles, la historia y las tradiciones del Centro Histórico de la Ciudad de México”. Así reza la portada de su libro, publicado en 2011 por la editorial Océano, con el apoyo del Fideicomiso Centro Histórico de la Ciudad de México.
La historia está dividida en 19 capítulos breves; la trama es simple –y en eso mismo reside su complejidad–: al puro estilo novelesco, Armando Ramírez es uno de los protagonistas de la historia, situada en 2011; el otro es su primo, Alberto, quien ha regresado a México tras vivir en Estados Unidos por poco más de tres décadas.
Ambos se encargarán de recorrer las calles del Centro Histórico en un par de días para que Alberto recuerde todas las cosas que vivió en México antes de irse del país. Pero Armando se dará cuenta muy pronto que su primo parece no estar enterado de lo que pasó desde que se fue, pues Alberto ni siquiera recordaba que desde el año 2000 el Partido Acción Nacional le había quitado al PRI la silla presidencial.
Y en cada página también está la crónica: con una historia que se va uniendo con los retazos de un amor fatal entre Alberto y Sofía, Armando Ramírez aprovecha para contarle a su primo Alberto y a usted, lector, algunos de los pasajes históricos contemporáneos más importantes de la ciudad, desde la época prehispánica y de la conquista hasta el pleno 2012.
Mientras tanto, Alberto se encargará de recordar aquellas épocas en las que la represión era el común denominador de las manifestaciones, por ejemplo, en 1968, así como mencionar que San Juan de Letrán fue una avenida de dos sentidos, o cuando la librería El Sótano del Centro Histórico de verdad estaba en un sótano.
Así que usted puede leer la curiosa historia de la iglesia de San Hipólito, la que cada día 28 se llena de creyentes de San Judas Tadeo, o bien, deleitarse con la descripción precisa de cómo se preparan unos molletes en el “Sanborns de los Azulejos”; es más, ¿conoce usted la leyenda del Callejón de la Condesa o los misterios que rodean a la plaza Garibaldi? Letra a letra los irá descubriendo.
Claro, si usted ya ha leído otras obras de Armando Ramírez sabrá (y si no, aquí se lo decimos) que sus textos están plagados de crítica a los gobiernos pasados y actuales, con un toque de humor, porque bien dicen que los mexicanos sabemos reírnos bien de nuestras desgracias.
Entonces, ¿cuáles son los dichosos fantasmas? ¿Los del amor entre Sofía y Alberto? Si usted está enamorado quizá diga que sí, pero también son los ideales perdidos de Alberto, así como el romance latente entre Armando y Joanne.
Pero encima de todos los anteriores, están aquellos fantasmas que Armando Ramírez plasma con amor por el entonces Distrito Federal, no los amorosos, sino los pedazos de historia que nos han hecho nación y se mantienen vivos en una ciudad que nunca descansa.