Quizá la adolescencia no sea una etapa lejana en tu vida y tal vez en algún momento tuviste un romance fugaz en la playa. Ya sea que lo hayas vivido o no, Juan García Ponce retrata en su novela corta, La gaviota, el enamoramiento que viven los adolescentes Luis y Katina.
Este autor, con obras plagadas de erotismo, demuestra en La gaviota que además de lo erótico, la pieza se caracteriza por la ternura y hasta la inocencia del primer amor. Aquí nada es tremendamente cursi, ni totalmente falto de sentido.
El autor intenta reflejar exactamente lo que se vive en aquella edad: un antes y un después en el camino hacia la madurez, la pérdida de la inocencia y el descubrimiento –más a cabalidad– de la vida sexual.
La historia de La gaviota inicia cuando los padres de Luis invitan a sus amigos alemanes a pasar el verano en su casa en la playa; la hija de los europeos se llama Katina y Luis es el encargado de mostrarle los paisajes más bellos de la costa.
Durante dichos paseos ambos descubren que entre ellos existe una fuerte atracción. El sol intenso, las olas, la arena húmeda y una gaviota que vuela cerca de ellos son parte de los testigos de la historia de amor, cuyo erotismo resalta no en los encuentros carnales, sino en el poder de la imaginación y de lo visual.
Cada detalle expuesto por Juan García Ponce queda en la memoria del lector, desde el cabello hasta los ojos de un azul intenso de Katina, incluido el recorrido por su silueta y el traje de baño con el que se metía a refrescarse al mar.
Además, esta obra se considera imperecedera porque la ausencia de datos exactos como fechas y lugares da la sensación de que sucede en cualquier espacio, incluso en este momento.
Esta pieza de la literatura mexicana resalta el interés por hablar de los jóvenes como protagonistas y que, además, deja de lado todos los clichés que se imponen literariamente a este sector en cualquier tipo de texto.
El lector no descubrirá frases empalagosas, sino vanidad, presunción, exasperación, ansiedad, celos y hasta desesperación; pero también placer y sensaciones idílicas de un chico que fue atrapado por una mujer bella y muy distinta a él. Sumado a que convierte la trama en un asunto verosímil al tratarse de algo no tan embelesado por el amor, sino por las experiencias cotidianas vividas por ambos personajes.
Y tanta es su importancia que el Fondo de Cultura Económica, en su colección 18 para los 18 (novelas de 18 autores para adolescentes de 18 años), consideró a La gaviota como una de las novelas cortas que los jóvenes deberían leer.
Aunque este sector no es el único que puede disfrutar de esta novela corta que, si bien se identificaría casi de inmediato con la historia por la cercanía de edad y por las emociones plasmadas, un lector de mayor edad también la disfruta al regocijarse con los recuerdos de un amor fugaz, pero intenso.
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