Eran mediados de 1966, The Beatles, con tan sólo cuatro años en el mercado, ya habían logrado prácticamente todo lo que una banda legendaria podría alcanzar: Canciones y álbumes encabezando las listas de popularidad uno tras otro, con premiaciones en materia; ventas inimaginables para su época; teatros y estadios atiborrados de niños, adolescentes y adultos; incluso dos nominaciones en el premios de la Academia por su film A hard day’s night, estrenada dos años antes; sin mencionar que sus melenas esponjosas y trajes pomposos ya eran parte de la cultura popular de occidente.
The Fab Four no tenían que demostrar ya nada a nadie, la meta a rebasar eran ellos mismos.
Sin embargo, no parecía fácil. Seis meses antes, John, Paul, George y Ringo presentarían al mundo el álbum Rubber Soul, un disco completamente distinto, maduro, sin las abundantes canciones melosas, ni las mismas técnicas musicales y con una influencia lírica marcada por las drogas. Alma de goma parecería la cúspide inalcanzable para el cuarteto.
Sin embargo, con un conocimiento pleno del estudio y con menos giras musicales encima, The Beatles, apoyados de su productor George Martín, comenzaron lo que sería una de sus mejores obras.
Fue el 5 de agosto de 1966 cuando Revolver saldría de los estudios Abbey Road, demostrando la consolidada madurez musical de aquellos jóvenes de Liverpool.
Un conteo interrumpido por tosidos, seguidos de un riff marcado por sus altos tonos y un mensaje político estampaban la apertura del álbum: Taxman, compuesta por George Harrison, quien se abría paso frente al monstro de compositores que significaban Lennon y McCartney, la canción aborda los altos impuesto que pagaba la gente con grandes ingresos que a veces llegaba a alcanzar el 95% de sus ganancias.
Paul McCartney, el chico meloso de la agrupación, afinaría sus dulces baladas recalcando que un par de guitarras, un bajo y batería no eran suficientes para sus composiciones. Eleanor Rigby, el significado de la soledad a través del relato de una mujer, interpretada únicamente por McCartney en compañía de un cuarteto de cuerdas orquestado por George Martín, y Here there and everywhere, una canción de amor caracterizada por su tonalidad agridulce y por los altos rangos vocales del autor, denotarían que esta agrupación musical no podría encasillarse en una banda de rock.
Con el término de innovador en la frente, Lennon presentaría I’m Only Sleeping, un homenaje a su afán por quedarse en la cama por tiempos prolongados, con un doble solo de guitarra reproducida al revés, innovando en esta técnica “antes de Hendrix, antes que The Who, antes que nadie”, precisaría Lennon.
Sin embargo, dicho término llegaría a su esplendor en el cierre del álbum con la canción Tomorrow Never Knows, donde los efectos de voz comandados por un Altavoz Leslie, el cual genera efectos de vibrato en la voz, y una letra con una pesada carga filosófica marcarían un parte aguas en la música experimental y psicodélica de la época.
Sin mencionar las clásicas canciones de rock de la época: Got to get you into my life, una de las primeras canciones que Paul dedicaría a la Marihuana; And Your Bird Can Sing, de John para Mick Jagger ante los aires de grandeza que el Stone derrochaba tras la consolidación de su banda; al igual que She Said She Said, el relato de los primeros contactos que Lennon tuvo con el LSD; y, la no muy influyente pero si popular, Yellow Submarine, interpretada por Ringo Starr.
A 51 años de su lanzamiento, con Rubber Soul como precedente y el Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band como sucesor, Revolver significa el clímax musical de una banda que no sólo forma parte de la música, sino de la vida.
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